23 jul 2010

MELODY: Para enamorarse y volverse a enamorar.



Cuando la proyección se detuvo, los créditos terminaron y mi estado volvió al normal no pude abandonar aquellos sentimientos que dejo esta pequeña película. Generalmente pasa esto cuando las películas son memorables, mas allá de que para muchos esta película este en el olvido y sepultada bajo las nuevas tecnologías ay que admirar la simpleza con la que se cuenta , la sutileza con la que se desarrolla y la inmensa satisfacción que deja al concluir.
Realmente emociona saber que antes, había un mundo donde los sentimientos realmente importaban, el amor era aquello inquebrantable y la pasión la podía sentir a flor de piel hasta el ser más inesperado. Este es un poco el mensaje que quiere dejarnos Melody, claro que esto ultimo se puede tomar de esta forma para aquellos que visionamos la película en tiempos modernos, donde lejos estamos de vivir aquel mundo casi perfecto.




Melody narra la historia de Daniel Latimer un niño de diez años quien enfrenta la difícil situación de un nuevo mundo, al ingresar a un nuevo colegio donde deberá hacer nuevas amistades y encajar con un nuevo grupo de niños de su misma edad. Con padres que poco se interesan en el, Daniel intenta hacer amigos, aunque el trabajo es recurrente, lo consigue pero pronto descubrirá que no es lo único en su vida, al ver que sus sentimientos lo llevan a fijarse en Melody, a sus ojos muy bonita aunque mayor ya que con unos doce años a Daniel  le resulta imposible creer que ella va a fijarse en él. Aun así, el tiempo nos engaña a todos y es de esta forma como lo que es una historia común se transforma en una poderosa historia de amor. 



Atados por la cotidianeidad los personajes intentan vivir su amor a pesar de el riguroso cuidado de sus padres y la estricta forma de disciplinar que posee su escuela. Es así entonces como nos sumergimos poco a poco en una encantadora historia no se ve sino se palpita tras el corazón de un niño de diez años, con inocencia, travesuras, ocurrencias y sentimientos inquebrantables.
Tal vez la película no cuente con una gran ocurrencia de planos (para aquellos que buscan un cine que lo sorprenda en lo espontáneo) ni tampoco posea giros inesperados al final de su argumento. Más bien todo lo contrario esta película es para sentarse en un sillón cómodo y disfrutar de noventa minutos de pura ternura, amor y sentimientos de nostalgia. De hecho esta película logra lo que muchas no consiguen, situarnos en la niñes, instalarnos y no dejarnos cambiar de estado hasta que concluya.
 


 Toques de humor, toques de tristeza, momentos emotivos, de dolor esta película los posee todos.
Lo que me pareció realmente interesante en esta película es como la construcción a trabes de la música nos conduce por el camino correcto. Y digo esto por que durante toda momento nos sentimos acompañando al personaje en su camino y sintiéndonos parte del momento, escuchando de fondo melodías acordes a la época pero que claramente tenemos presentes hoy en día. La música en el cine puede hacer que el personaje supere distancias o largos periodos de tiempo (por ejemplo que un mes o varios pasen con soltura en una canción que ocupen dos minutos de cinta) conjugándose así obviamente con lo que se nos muestra.
En fin, aquí lo que tenemos es una película contada por niños pero con mensajes para adultos y en lineas generales muy sencillos y explicitos, tal vez en otras películas esto no hubiese funcionado y no estariamos alagando de tal forma a la obra. Pero como ya se viene anticipando Melody lograra quedar en el recuerdo de muchos, en el olvido de algunos y en la inmortalidad por ser una de las películas mas bellas y sutiles que se hallan visto jamás.
altamente recomendable si es que usted disfruta de las películas que le hagan sentir emociones, esas que por mas frágil que parezca su punto fuerte sabe que simplemente va a ser un buen momento el verla, y es que justamente esta película nos demuestra que no solamente aquella recordada y famosísima “Romeo y Julieta” pudo lograrlo. Solo basta con sentarse, observar mas que mirar y dejarse enamorar.   

German Abal.