Del gran Woody Allen de la mente magistral que nos trajo
tantas buenas comedias de guiones sólidos y tan provechosos. De una
espontaneidad increíble y de una frescura que solo un magnate del cine puede
tener. Bajo estas líneas comienza Si la cosa funciona, escrita y dirigida por él,
quien nos cuenta la historia de Boris un excéntrico ermitaño de los suburbios de
norte América, quien decide alejarse (por accidente) de su vida solitaria y de
rutina. Boris cuenta con un extraño carácter y a menudos ataques de pánico que
siempre culminan en sus gritos desesperados anunciando el fin de su vida, el
mismo cuenta ya con un intento de suicidio y una mentalidad e inteligencia
admirable, como él se definiría es una persona que ve más allá de lo que
cualquier otra persona puede ver. Esto último conlleva a una extraña y
magistral forma de narrar, acompañar y disfrutar la película. Tanto para el
protagonista como para el espectador.
Aunque a simple vista esto no se comprenda usted al verla
vera que nuestro amigo Woody lo invita a charlar fluidamente con Boris a que él
le cuente sus puntos de vistas y pensamientos, diría algún que otro profesor
experimentado en el cine “nos hace hablar con el personaje”. Factor que resulta
más que interesante. Pero claro la película no solo se vale de eso sino de los inesperados,
espontáneos, peculiares y excepcionales puntos de giro que presenta la película,
es decir bajo las órdenes de Woddy Allen ¿Qué actor va a estar seguro de que su
línea como actor seguirá intacta al terminar la película? Aquí nadie sabe si va a terminar el film
siendo azafata cuando de comienzo su miedo más profundo es volar, en una simple
forma de decirlo y simplemente para mostrar la genialidad de un humorista que
lleva prácticamente toda su vida haciéndonos reír en la pantalla grande.
Para no detenernos en los pequeños detalles de esta
maravilla iremos a lo interesante y que mas interesante que justo cuando el
cine norteamericano no hace más que mostrarnos historias con poco trasfondo,
con finales mas que anunciados y con características repetitivas llega el golpe
de frescura con Si la cosa funciona que no hace otra cosa que hacernos reír,
pero de nosotros mismos, por que siendo realistas podremos ser Americanos,
Europeos, Latinos y cual sea que fuese la costumbre que nos diferencie hay
factores que nos hacen a todos por igual y es aquí donde Woddy nos señala que
hasta una persona como Boris puede estar en la línea de lo “normal” o mejor dicho
lo masivo. Es como decía hoy, interesante el hecho de que “el sueño americano”
se encuentre tan deformado como solo el cine de humor puede hacerlo. A demás un ataque al catolisismo y al
costumbrismo muy fresco para una época moderna como esta.
Por ultimo lo que posee esta película es que claro esta
repite muchas de las características de su creador, es decir parejas de edades
distantes, personajes exenticos y mas que oportunos para la comedia, amores
chocantes y “parejas perfectas” fingiendo ser felices hasta que se demuestre lo
contrario.
Como he dicho en más de una oportunidad, no se la pierda, no
se prive de ver el humor de Woody Allen que esta como siempre no ha cambiado
gracias a Dios.
German Abal.