7 nov 2010

EL MISMO AMOR, LA MISMA LLUVIA: El mismo Campanella, el mismo resultado.

Quien es hoy el icono argentino en la cinematografía tuvo como todo cineasta su primera gran película, aquella que lo diferencia de los trabajos anteriores la que le otorga el reconocimiento y marca el principio de una carrera. Siempre, claro esta, es conveniente comenzar con una película que de alguna manera marque las características propias del director. Eso si se busca seguir como artista en un marco tanto reconocido, como comercial pero sin dejar de lado (como en este caso) lo que es hacer buen cine. Lo que puede tomarse como algo repetitivo y cansador en un cineasta, la utilización de casi la misma música, respetando el mismo elenco , las líneas argumentativas similares, etc. en campanela para no tener efecto. Es decir un ve una película de este estilo y esta dispuesto a pasar claro un buen momento. Pero ¿Qué hace a que este proceso repetitivo no logre molestar a un espectador? Y creo, simplemente es con la simpleza y seriedad con la que se toma el asunto. Lo que sucede con esta película es que uno al ver el reparto (figuras conocidas para nuestro cine) por suerte no caracteriza al personaje por el actor, sino que se deja llevar por la historia y así Ricardo Darin no es Ricardo Darin y si es Jorge un cuentista que a pesar de su entusiasmo y calidez para escribir, a nadie parece interesarle su obra, él conoce a Laura con quien entabla una peculiar relación. Estos dos personajes llevaran la historia por un camino de tristezas, alegrías desamores y reencuentros que claramente uno como espectador no tarda en emocionarse. A demás digo, este es un aspecto fundamental en una película de este estilo, la capacidad con la que un autor hace reír y llorar con facilidad. Aquí tenemos de todo un poco desde pequeños gags hasta profundos trasfondos como lo es una dictadura militar, como sucedió en su última película, quien recibió el galardón más alto frente al jurado estadounidense en los premios Oscars. ¿A que voy con esto? A la comprensión de que una “forma” de hacer el cine, como lo hace Juan Jose Campanella es certera y no reiterativa, por que las historias pueden asemejarse pero el sentimiento que nos dejan l verlas es nuevo en cada momento. Una película que si gusta el estilo es altamente recomendable, para aquellos espectadores que buscan mas que una historia interesante a la hora de ver una película. Esto y mucho mas es El mismo amor, la misma lluvia. MUY BUENA.