28 jul 2011

"El artista" (Argentina, 2008) - Gastón Duprat y Mariano Cohn


Descubrí esta peli a través de un comentario que leí, el cual rezaba que el estereotipo del personaje principal (Jorge Ramírez, interpretado bien por Sergio Pángaro, que no es actor sino músico), se asemejaba mucho al de aquel que va al BAFICI a devorarse cortos y largos independientes: anteojos tipo-Clark Kent, camisa roja a cuadros y apariencia como de entendido en el tema. Esta visión, despectiva por cierto, de aquel que podría llegar a apreciar en una obra cinematográfica muchas cosas que la masa no, claramente encubre una crítica al esnobismo, cualidad característica en mucha de la gente que frecuenta el ambiente artístico. Jorge Rodríguez es un parco enfermero que cuida a un paciente en un geriátrico (Romano, interpretado muy bien por el escritor Alberto Laiseca). Su madre acaba de morir, está solo y su vida es monótona e invariable. El viejo Romano -no habla, sólo dice "pucho" cuando quiere fumar- hace dibujos que Jorge guarda. Un día decide llevarlos a un museo de arte como si fueran de su autoría, donde recibe una inesperada aceptación. Jorge se convierte en el artista del momento, "sus" obras se exponen y se venden como pan caliente, y hasta consigue una novia. Se empieza a rodear de gente afín a la pintura, quienes le hablarán sobre arte y le harán preguntas sobre "sus" obras o sobre sus puntos de vista en lo que respecta a sus colegas contemporáneos, lo que lo llevará a recurrir a su característica cara de poker o a respuestas cargadas de ignorancia tomadas como palabra santa por sus interlocutores. Sus problemas empezarán con la falta de inspiración de su paciente... El largometraje plantea como tema central la pregunta de qué es ser un artista, qué es arte y cómo es que se fija el valor de una obra. Preguntas inconclusas despues de los 90 minutos que dura el film, pero que siguen retumbando en la cabeza del espectador tras su finalización. Con respecto al aspecto más técnico, el director juega mucho con el contraste de plano cerrado y plano abierto, ocupando estos casi la totalidad de la película. El sonido y la fotografía me gustaron y la música compuesta por Diego Bliffeld cae como anillo al dedo al relato: lineal, llana y opresiva. ¿Basta con ganarse el título de "artista" para manchar con pintura negra una hoja blanca y que esto sea considerado "arte"? Depende siempre de qué interpretés por "arte", materia tan discutida como prejuzgada ("si vivis del arte te cagas de hambre"; "estudiá una carrera en serio") como tambien, contradictoriamente, valorada, cuando tomamos alguna acción específica como "arte" -el arte de tejer, el arte de cocinar, el arte de amar, de vivir, etc-. Dudo que esta película me cambie la vida, pero me interesó lo suficiente como para llevar a hacerme las preguntas que escribí más arriba, lo cual no es poco...

Gabriel Cominotti.

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